6. SUGGESTIONS FOR BEGINNERS
LA MEDITACIÓN 7
SUGERENCIAS PARA PRINCIPIANTES
El tiempo y el espacio suficiente
Cuando ves a meditar, descuelga el teléfono y pon una nota en la puerta diciendo que no te estorben durante una hora; que estás meditando.
Antes de entrar en el cuarto de meditación, o en el espacio que tienes apartado decorado y reservado por esta hora, quítate los zapatos. Estás pisando tierra sagrada, el lugar dónde vas a encontrar a tu ser interior.
No te quites solamente los zapatos sino también quita todo lo que te preocupa. Deja todas las preocupaciones con tus zapatos fuera del lugar y entra con la mente despreocupada.
Un lugar especial para meditar
Medita en un lugar bonito que has preparado especialmente, porque eso incrementa el poder de la meditación. Si puede ser una habitación entera mejor, pero incluso un pequeño rincón será suficiente si lo guardas solamente para meditar.
¿Por qué necesitamos un lugar especial para meditar? Porque cada acto que hacemos crea su propia vibración. Si meditas en un lugar especial, ese lugar se hace meditativo. Cada día que meditas en él, el lugar absorbe tu vibración. El día siguiente, cuando vuelvas, el lugar te devuelve las vibraciones. Estas vibraciones te ayudan, te corresponden y te hacen sensible a ellas.
Decora tu lugar de meditación con cosas bonitas
Cuando preparas el lugar para meditar, puedes decorarlo con todas las cosas bonitas que puedas imaginar y que te hagan sentir bien: una estampa sensual, flores naturales, inciensos fragrantes, telas suaves con colores vivos, perfumes exóticos, una alfombra favorita, cojines confortables, velas de olor, una piedra de cristal transparente.
No hay límite. Te sentirás bien, y será un verdadero placer entrar allí para meditar.
Cuando estás fuera, medita en la naturaleza
También puedes meditar en un lugar natural: bajo un árbol majestuoso con el viento que murmura en las hojas, cerca de un río con el chapoteo del agua que corre encima de las rocas, en la montaña, rodeado de pájaros cantando.
Sé confortable
Puedes adaptar cualquier posición que te permita ser confortable. Ser confortable significa que te olvidas del cuerpo. Cuando te acuerdas continuamente de tu cuerpo, no estás confortable.
Puedes sentarte en una silla o en un cojín en el suelo, no importa. Lo esencial es encontrarte feliz y dichoso en tu postura.
Una hora de meditación cada día
Dedica una hora cada día a tu meditación. La otras veintitrés las puedes dedicar a tus ocupaciones, deseos, pensamientos, ambiciones, proyecciones. Con una hora de las veinticuatro del día dedicada a la meditación, eventualmente verás que aquella hora ha sido la más valiosa de tu vida y que las otras veintitrés han sido una perdida de tiempo.
LOS TRES ESENCIALES PARA MEDITAR
La meditación necesita tres esenciales para funcionar
sea lo que sea el método que utilices.
1. Mantén un estado mental relajado
No luches con la mente, no controles la mente, no te concentres.
2. Observa con una conciencia relajada
No te involucres en lo que observas; simplemente mira.
3. Observa sin juzgar
No juzgues, no te juzgues, no evalúes.
En breve, los tres esenciales son: relájate, observa, no juzgues
Observando los tres esenciales, gradualmente un gran silencio descenderá sobre ti. Todo movimiento cesará. Serás, pero no tendrás un sentido de ‘soy’; sólo habrá un espacio puro.
Sé relajado
Millones de personas pierden el gozo de la meditación porque la consideran seria, tenebrosa, o religiosa. Eso es un gran error. Una persona realmente meditativa es feliz y disfruta enormemente de la vida. No es seria, sino relajada.
Sé paciente
No tengas prisa. Has sembrado la semilla; ahora siéntate en la sombra y observa lo que pasa. La semilla se romperá y florecerá en su debido tiempo, pero tú no puedes acelerar el proceso.
No confundas la sed con la impaciencia. Guarda la sed y desecha la impaciencia.
En la sed hay anhelo sin lucha; en la impaciencia hay lucha sin anhelo.
En la sed hay espera sin demanda; en la impaciencia hay demanda sin espera.
En la sed hay lágrimas silenciosas, en la impaciencia hay llantos desesperados.
No busques resultados
El ego, la mente, siempre busca resultados. Nunca se interesa por el acto en sí. Quiere saber en cualquier situación, ¿qué puedo ganar? Si la mente puede conseguir sus objetivos sin hacer nada o por medio de un atajo y sin muchos riesgos, lo hará. La mente es muy astuta, nunca es sabia; es simplemente lista.
La meditación sólo aparece a aquellos que no estén orientados a los resultados.
Aquí acaba la séptima enseñanza sobre la meditación.
Escribidnos con vuestras preguntas y vuestras observaciones sobre la meditación.